A unos 30 km al sur de Rotorua, en la isla norte de Nueva Zelanda, encontramos una de las muestras de la importante actividad geotérmica de la zona: el parque natural de Wai-o-Tapu, con su principal atracción el géiser Lady Knox.
Son las 9:45 de la mañana y ya estamos frente a la señorita Knox, esperando a que se despierte, como lo hace cada día, a las 10.15. El géiser funciona con la ayuda de un detergente natural que se vierte en el interior del cráter, es por esto que lady Knox es tan regular. Los primeros en descubrir el efecto que provocaba el detergente fueron los antiguos colonizadores británicos, pues la zona donde se encuentra el géiser era utilizada para hacer la colada hasta que un día, en un punto en concreto, el jabón provocó una reacción química y la señorita Knox se dio a conocer.
Al igual que nosotros, hay decenas de turistas que se encuentran concentrados para observar la impresionante actividad del géiser. Todos expectantes y con las cámaras de fotos y video preparadas. Hay bastantes familias y niños corriendo de un lado a otro, subiendo y bajando las gradas que han sido colocadas estratégicamente para una mejor vista del géiser.
Llega la hora esperada y el géiser empieza a escupir agua y vapores. Poco a poco va cogiendo altura hasta alcanzar unos 20 metros. De vez en cuando el humo tapa por completo el regular chorro de agua. Los turistas, poco a poco van abandonando la zona, satisfechos ya con la visita. Al final, solo queda una pareja que disfruta animada de la intimidad de lady Knox. Como hace buen día, el vapor del agua forma con el sol de fondo un bonito arcoíris. Finalmente, todos acabamos yéndonos puesto que la actividad del géiser se prolonga durante aproximadamente una hora. Además, aún nos queda mucho por visitar en Wai-o-Tapu.
Esta reserva natural situada en la zona volcánica de Taupo abarca 18 km de cráteres colapsados, burbujeantes piscinas de barro y humaredas de vapor.
Aguas verdosas, amarillentas, marrones, e incluso algunas de color naranja y púrpura. La mayoría de ellas a temperaturas altísimas y bajo nombres aterradores: La casa del diablo, Los tinteros del demonio, El cráter del infierno…
El paseo por las plataformas y puentes de este parque constituye una deliciosa muestra de la destructora naturaleza.