Queenstown es la ciudad por excelencia de los deportes de aventura. Situada a las orillas del lago Wakatipu, esta pequeña población cuenta durante todas las épocas del año con el ajetreo de turistas y locales que vienen a disfrutar de sus pistas de esquí y las múltiples actividades de aventura que esta ciudad ofrece.
La fama y prosperidad de Queenstown se remonta a mediados del siglo XIX, cuando dos esquiladores descubrieron un yacimiento de oro próximo al río Shotover. Desde entonces el lugar se convirtió en un popular pueblo minero con más de mil habitantes. Un pueblo que, según el gobierno neozelandés, era propio de una reina. De ahí su nombre: Queenstown.
A principios del siglo XX, cuando las minas de oro se agotaron, ya solo quedaban en el pueblo alrededor de 200 personas. Fue entonces cuando se empezó a explotar Queenstown como destino turístico y vacacional.
Dando una vuelta por el lugar podemos observar el alto estándar y nivel de vida de la gente que suele veranear en Queenstown. Recuerda un poco a la típica estación o pueblo de montaña para esquiadores, solo que en su versión más lujosa.
Es julio, es decir, temporada alta de esquí. Muchos de los hoteles y hostales ya han colgado en la entrada el cartel de “no vacancy”. En cualquier calle se puede observar la inmensa cantidad de deportes de aventura que ofrece este lugar, desde puenting y parapente hasta rafting y paseos en kayak por el lago.
Las calles están muy animadas, algunas incluso están decoradas con luces de colores. Es como si fuera navidad. Nadie parece demasiado preocupado por los elevados precios pues los bares y cafés están repletos, así como las tiendas y restaurantes.
Queenstown es un agradable lugar para pasear tranquilamente con las montañas nevadas de fondo, sin embargo si aún se quiere ir más lejos, no faltarán opciones de deportes de riesgo y aventura.