La costa oeste de Northland (Nueva Zelanda) es desde 1952 una reserva forestal. En ella encontramos los imponentes bosques de kauris. Nos centraremos en particular en el bosque de Waipoua, donde podemos encontrar el kauri más grande y antiguo: el Tane Mahuta o El Padre del Bosque. Este impresionante árbol mide 51 metros de alto y su perímetro es de casi 14 metros. Mientras que la copa de los kauris no es especialmente alta ni frondosa, éstos destacan por su ancho tronco y la solemnidad que proyectan.

A pesar de la incómoda lluvia hay una docena de personas contemplando el Tane Mahuta. Una pareja mayor lo observa en silencio, bajo sus chubasqueros. Por el contrario, dos jóvenes con grandes cámaras y mayores objetivos hablan animadamente. El viejo kauri, con la experiencia de 2000 años, los vigila.
En este mismo bosque podemos encontrar también el segundo kauri más antiguo del mundo. Éste es llamado El padre del bosque o Te Matua Ngahere y no tiene nada que envidiar al primero de la lista. Asimismo el bosque de Wipoua nos deja ver también Las cuatro hermanas, otro ejemplar de kauri que destaca por tener una base común que se bifurca en cuatro diferentes troncos.

El control del bosque lo tiene la tribu local llamada Roroa que se preocupa por la conservación y el cuidado de esta especie tan delicada, pues aunque parezca mentira sus raíces son frágiles y poco profundas. Si uno quiere acceder a cualquiera de los paseos que llevan a ver a estos árboles milenarios es importante desinfectarse los zapatos con una escobilla y un líquido especial que se encuentra al inicio del paseo y, en ningún momento, abandonar el camino marcado.
La madera del kauri, por su gran volumen y resistencia, fue muy utilizada en la antigüedad en la construcción de barcos, edificios y puentes, asimismo también se empleaba para la confección de mobiliario gracias a su color marrón claro. Por otro lado la resina de este árbol durante el siglo pasado creó una gran industria debido a su utilización para la producción de barnices, sin embargo en la actualidad, debido a la fuerte explotación a la que fueron sometidos estos bosques, los kauris han dejado de ser tan abundantes y han pasado a estar altamente protegidos.